lunes, 12 de abril de 2010

EXPRESIÓN CORPORAL DANZA

Una alternativa para crear, pensar y ser en movimiento

El cuerpo impactado. La palabra transfigurada. El espacio transgredido. La forma, la “bella” forma alterada. El tiempo apresado por la velocidad, en la que suceden los acontecimientos. Así mismo, la danza pasa por los cuerpos sujetos velozmente, sin embargo queda la huella en la memoria interna, en los huesos, en cada fibra muscular, en la piel.

¿Qué hay detrás del movimiento que se transforma en palabra? ¿Qué hay detrás de las palabras que es captado por el cuerpo y lo dibuja en movimiento? ¿Cómo, de que manera se establece el puente entre pensamiento y movimiento?, donde se va arribando a cada uno de ellos, desde el particular accionar de los mismos.
¿Qué hay detrás de la Expresión Corporal, qué es y por qué es importante? ¿Por qué Movimiento Expresivo? ¿Desde que lugar pensar a la danza?

Llego al pensamiento desde el movimiento y el pensamiento me lleva al movimiento. Al escribir, surgen las palabras desde imágenes de cuerpos en movimiento o de las sensaciones de cadenas de movimientos, presentes en mi cuerpo. Entonces me remito a la vivencia.

La intención, el fondo irreductible es el de crear curiosidad. Curiosidad por indagar el más allá de la palabra y del movimiento. No sabemos si existe un más allá, pero en el momento que lo pensamos, que surge la inquietud nace y se convierte en entidad útil pues nos moviliza a indagar.

La Danza Contemporánea atravesó por diferentes momentos, mismos que dieron y darán lugar a diversos estilos. En sus comienzos la necesidad giró sobre su libertad. Es así, que se rompieron estructuras y se negó a la técnica, para luego retomarla. Surgen entonces, las técnicas de Danza Moderna hasta llegar al abanico innumerable de estilos y formas diferentes de entrenamientos que existen en la actualidad.
Desde entonces los estilos y las modas se inclinaron hacia uno u otro extremo. Por un lado la destreza y el preciosismo técnico como requisito número uno y por el otro la expresión libre, el puro goce del movimiento. En el medio pululan un sin número de estilos no definidos, pero con talento y creatividad, que no terminan de aclarar el rumbo y se van quedando en el camino.

Ante esta realidad, lo que encuentro es el valor que tiene el lenguaje expresivo del cuerpo, más allá de la técnica y más allá de las aptitudes de orden físico que el mismo tenga.

Existen sujetos que poseen en sus cuerpos una fuerza dramática que no está en relación con las posibilidades físicas, sino que está evidenciada por una cualidad de movimiento propio, que se proyecta en el espacio por medio de energía expresiva, un plus presente, cuya existencia, intuyo, es difícil de explicar desde el campo racional.

Lo que voy a compartir con ustedes es la importancia del desarrollo del lenguaje expresivo del cuerpo, de cómo se convierte en Movimiento Expresivo y como esta realidad puede ser un posible camino para aclarar y dar orientación a esa demanda latente de crear danza desde otro lugar.


Las Preguntas

¿Qué hay detrás del movimiento que se transforma en palabra? ¿Qué hay detrás de las palabras que es captado por el cuerpo y lo dibuja en movimiento? ¿Cómo, de que manera se establece el puente entre movimiento y pensamiento?

Deleuze dice:
“Dadme un cuerpo, ésta es la forma de inversión filosófica. El cuerpo ya no es obstáculo que separa el pensamiento de sí mismo, lo que éste debe superar para conseguir el pensar. Por el contrario, es aquello en lo cual el pensamiento se sumerge o debe sumergirse para alcanzar lo impensado, es decir, la vida. No es que el cuerpo piense, sino que, obstinado, terco, él fuerza a pensar lo que escapa al pensamiento, la vida.” (Pag. 30-31)

El lenguaje expresivo del cuerpo, el movimiento, es acción. Acción dinámica y dramática que comunica desde y a partir de la fuerza interior presente en cada espacio interno del cuerpo. El cuerpo sujeto que se lanza al espacio con un salto, que lo hiere con un lanzamiento de pierna, que lo arrulla con un giro suave, planeado o que lo salpica con intensas caídas y recuperaciones, no sólo atiende a un esfuerzo muscular, sino que, en cada acción va desgranando trozos de vida, de esa historia personal cuya huella se encuentra, en los espacios internos del cuerpo.
Cuando el sujeto está en movimiento, danzando, la acción de pensar queda suspendida en el espacio de la mente, pero no desaparece, solamente queda suspendida, para luego, en el momento de quietud corporal, irrumpir ya sea de manera suave, despacio o abruptamente como cascada densa de agua clara u oscura, limpia o arrastrando guijarros u hojas, a la manera de trozos de ideas que van emergiendo en el momento que la cascada termina y se hacen presentes las cadenas de pensamientos donde la palabra se escucha.

Esto sucede, porque los sentimientos y las emociones están a flor de piel. Se despiertan, se mueven, cuchichean, gritan, susurran. No están ausentes, su presencia es innegable porque tanto los sentimientos como las emociones, están estrechamente entrelazados, ligados al movimiento.

Le Bretón dice respecto de la emoción:
“la emoción no es una sustancia, un estado coagulado e inmutable que puede encontrarse en la misma forma y las mismas circunstancias en la unidad de la especie humana, sino una tonalidad afectiva que se extiende como una mancha de aceite sobre el conjunto del comportamiento...Las emociones o los sentimientos no son libélulas clasificadas bajo un cristal”...

“Son formas sociales de conocimiento que alimentan estados afectivos más o menos identificables”...”Las emociones sentidas y expresadas son obra de un hombre inmerso en la turbulencia de un mundo jamás dado, y no sólo de una colección de músculos o un programa genético”. (pag.113-114)

..... si tomamos lo que dice del cuerpo el mismo autor:
“El cuerpo no es una cosa, una sustancia o un organismo, sino una red plástica contingente e inestable de fuerzas sensoriales, motrices y pulsionales, o mejor aún, una banda espectral de intensidades energéticas, acondicionada y dirigida por un doble imaginario: El imaginario social y el imaginario individual” (pag. 19)

y si, nos encaminamos a la idea de volar sobre el avión de la energía expresiva y de la imaginación, a través de las innumerables asociaciones de tipo poéticas y de movimiento que encierran estas nociones, arribamos al encuentro de la fuerza expresiva que posee el cuerpo sujeto.

Este devenir del pensamiento nos encamina a la siguiente pregunta:
¿Qué es la Expresión Corporal, cual es su importancia y qué hay detrás de ella?

La EC fue definida por, Patricia Stokoe como:

“La Danza de cada persona, según su propia manera de ser, de moverse, crear y decir con su cuerpo”

“Creemos que para descubrir como tú eres, no tienes que copiarme a mí, sino encontrarte a ti”...

“La Expresión Corporal, cuando se desarrolla como lenguaje en sí mismo, con su propia autonomía, con su propia “gramática” y “códigos de comunicación” pertenece al campo de la Danza. Es una actividad artística, patrimonio de todos los seres humanos. Como tal, es el lenguaje del cuerpo con sus posibilidades de movimiento y quietud, sus gestos y ademanes, posturas y desplazamientos, organizados en secuencias significativas, como manifestación de la totalidad de la persona.”

Siendo así, su importancia es vital ya que permite el desarrollo integral del movimiento, más allá de las posibilidades de orden anatómico que posea el individuo. Junto con ello, al hacerse presente la emoción como esa “tonalidad afectiva que se extiende como una mancha de aceite sobre el conjunto...” de las cadenas de movimientos, permite que en los mismos surjan dinámicas, espesuras, colores, densidades posibilitando la riqueza de comunicación de sentimientos por medio de las formas que emergen en el accionar.

Su práctica es compleja y requiere un profundo conocimiento del maestro/a o coordinador/a para desarrollarla. En general su metodología es poco conocida y es llevada a la práctica por cualquiera que posee conocimientos de danza, pues su nombre conlleva un significado vago, ya que, la realidad del cuerpo sujeto es expresiva en sí misma. La expresión corporal está presente en el cotidiano: en el hablar, el caminar, la manera de sentarse, de comer, de hacer el amor, la misma danza es expresión corporal codificada.

Cuando se atiende al fenómeno de la EC, se está hablando del desarrollo del lenguaje corporal expresivo propio. Se está hablando de explorar por medio de la improvisación, herramienta de base de la EC, cada segmento del cuerpo desde los huesos hasta la piel. Es la realización de un viaje por la historia que está en el cuerpo. Es el encuentro con movimientos desconocidos, movimientos que el sujeto jamás creía que podía realizar. Es el ascenso a la superficie, de escenas que hilan historias de sentimientos que son tejidas en esas danzas personales y grupales. Se dan porque se realiza desde la vivencia plena del movimiento.

“Lo vivencial es lo tangible de la interioridad, que puede ir llevando a una producción artística, a un acto de comunicación sensible con el otro, a la apertura de la dimensión perceptiva, a la captura mágica del ser humano como ser creador. Forma, trans-forma las huellas del destino, de las ideas preconcebidas, las verdades absolutas o impuestas e ilumina el valor del instante, del estar vivo, en un estado de expresión y creación.” (Pag.113)

Además de la exploración de cada motor del cuerpo, se realiza la exploración de los elementos inherentes al movimiento y a la coreografía que son: Tiempo, Espacio, Energía, Forma, Peso, Volumen, que permiten dar consistencia, ubicación, amplitud y nuevas formas al movimiento. Se completa el juego de las exploraciones con los elementos que aportan la técnica y el teatro. La técnica, además de dar fuerza muscular, colocación, desarrollo de la coordinación etc., permite que el lenguaje corporal se abra, a partir de las secuencias que son introyectadas en el cuerpo. Al estar ligado el movimiento a la emoción, la fuerza muscular que se adquiere permite un fluido de movimiento con más presencia y fuerza expresiva.

Por medio de los elementos que aporta el teatro se llega a la definición de las intenciones. Al integrar ambas áreas se da lugar a que las exploraciones, abran un campo de mucha creatividad y permitan al sujeto trascender sus propios límites.

Nos quedan por responder dos preguntas:
¿Por qué Movimiento Expresivo? ¿Desde que lugar pensar a la danza?

Partamos de la primera, permitiendo que el devenir del pensamiento conteste la segunda.

Para poder explicar a que llamo Movimiento Expresivo es necesario compartir mi noción de cuerpo expresivo.

La maravilla de las cadenas de movimiento que se proyectan en el espacio tiempo es de una riqueza y fuerza expresiva que resulta complejo pasarlo a la palabra. Pero sí se puede decir que el caudal de las emociones que surgen, producen escenas de valor dramático y de una extraña belleza.

Vayamos a la noción de cuerpo expresivo:
“Es esa manera de integrar y proyectar en el tiempo-espacio, formas-imágenes, volúmenes, pesos, que se significan a través de la presencia de cadenas de emociones que surcan el espacio, cargándolo de representaciones motivacionales que emergen de los sentimientos que son movidos en el accionar del cuerpo.” (Pag.29)

Entonces, vuelvo al comienzo, a esa intención, a ese fondo irreductible que me lleva a la curiosidad por indagar ese más allá del movimiento. Por extraer, del cuerpo sujeto esa manera especial de moverse, ese lenguaje expresivo cargado de historia, que es proyectado al espacio por medio de las caprichosas formas, cuyos pesos y volúmenes cuentan historias sin palabras que son tejidas por el tiempo, donde la emoción se esparce “como una mancha de aceite”, logrando ese contenido dramático necesario para establecer el juego de la comunicación.

Cuando el producto que va surgiendo de la tarea que se desarrolla en el campo de la EC, comienza a tener una dimensión diferente, en cuanto a la calidad del movimiento, esto es, manifiesta claridad, fuerza expresiva y muscular, manejo del espacio y el tiempo, una mayor claridad en cuanto a la proyección de emociones, control y a la vez riqueza en las secuencias o textos corporales, es cuando nos acercamos al Movimiento Expresivo, mediante el cual se pueden lograr obras coreográficas.

Pero, continuando con la curiosidad, la misma encierra otra inquietud más fuerte todavía, que está ligada a la duda. Esta duda es ¿qué tanto se puede abrir el lenguaje expresivo, rompiendo los estereotipos para lograr ir más allá de los propios límites?

Dice Michel Foucault en “El Uso de los Placeres”:
.... “se trata de un ejercicio filosófico: en él se ventila saber en qué medida el trabajo de pensar su propia historia puede liberar al pensamiento de lo que piensa en silencio y permitirle pensar de otro modo”... “¿Condujeron efectivamente a pensar de otro modo?. Quizás, cuando mucho, permitieron pensar de otro modo lo que ya pensábamos y percibir lo que hicimos desde un ángulo distinto y bajo una luz más clara”

Este párrafo mueve a una reflexión desde el movimiento: ¿El mover nuestra propia historia (hurgando desde lo que guarda el esqueleto o cada arruga de la piel) puede liberar al movimiento en ese danzar en el espacio y permitirnos bailar de otro modo? Y surge de lo que continúa en el párrafo, la siguiente hipótesis: ¿Puede conducir a bailar de otro modo o quizás, parafraseando a Foucault, nos permitirá bailar de otro modo lo que ya bailamos jugándolo “desde un ángulo distinto y bajo una luz más clara?”

Así como sujetos estamos marcados por el lenguaje y el pensamiento de una época, siendo bailarines nos marca además, nuestra característica física y psicoemotiva, la técnica que adoptamos, el tipo de estructura ósea, el tipo de articulaciones, el tono muscular, los tendones, la personalidad que se posee, etc., definirán la característica del movimiento que produzcamos. Se podría decir que existe un estilo personal, pero ésto no implica que el lenguaje corporal quede atrapado en él y no se desarrolle.

Si lo llevamos al pensamiento, Foucault dice:
...pensamos al interior de un pensamiento anónimo y forzoso que es el pensamiento de una época y una lengua. Este pensamiento y este lenguaje tienen sus leyes de transformación (...) Es el fondo sobre el que nuestro pensamiento “libre” emerge y brilla un instante” (Saber y Verdad)

Además de una realidad histórica cultural que nos determina, nos movemos a partir de la presencia interna, no sólo física sino también de imágenes, de incontables cadenas de secuencias de movimientos que fueron introyectadas al interior de nuestro ser. Siguiendo el pensamiento foucaultiano, podríamos animarnos a decir que esta realidad también “tiene sus leyes de transformación”. Me pregunto: ¿No es también el fondo sobre el que nuestro movimiento “libre” emerge y brilla un instante?
“Cada tiempo y cada espacio prescribe y determina las formas de relación del individuo con su cuerpo, con las reglas, con la verdad y con lo esperable, de allí que tendremos producciones subjetivas, en cada espacio-tiempo con características semejantes; formas de trabajo sobre el sí mismo que responde a una misma tecnología del yo”.

De alguna manera se está atrapado en el espacio tiempo que habitamos, la producción dancística surge de este momento, el arte es emergente de lo que vivimos. Pero el ser consciente de esta realidad no implica amarrar a la danza dentro de un sólo camino de exploración. El abanico de posibilidades que nos ofrece la misma realidad, es infinito y no se encierra en la destreza técnica nada más. Lo ideal sería que esta destreza técnica lograda, permitiera ir más allá de los movimientos conocidos. Sería algo así como no cerrar el campo exquisito de subjetividad que posee la danza.
“Hoy los sujetos refutan las formas en que ha sido modelada su subjetividad, refutan las técnicas aplicadas sobre sí, el trabajo impuesto por la cultura para hacer de ellos subjetividades sometidas.”

¿Qué tanto refutamos, los bailarines, estas formas en que es modelada la subjetividad? y ¿Cual será el tamaño de nuestro sometimiento?, consciente e inconsciente. La institución de la danza es fuerte, sus reglas son estrictas y bastantes cerradas, coloreadas con prejuicios y, aunque no lo deseaba nombrar, de poder. Un poder que se ejerce sistemática y directamente sobre, en y dentro del cuerpo. Pero siendo una fuerza que se ejerce, según el pensamiento foucaultiano, existe un poder dentro de cada sujeto motor de cambio.

Las rutas, quebradas, cañadas, montañas, interminables caminos que me llevaron las innumerables horas de movimiento solitario, llegan a un mismo lugar siempre:
¿Es posible correr las fronteras de las limitaciones? ¿Es posible abrir el lenguaje corporal o se llega a un nuevo estereotipo? Esa calidad de movimiento cuyas características alteran las formas “bellas” al cual denomino “Movimiento Expresivo” ¿es un posible camino para bailar de otro modo?

BIBLIOGRAFÍA

Blostein Mirta. “De los Decires del Cuerpo”, tesis de Maestría en Psicología Social De Grupos e Instituciones. UAM, Xochimilco.
“Bailar de Otro Modo”, ponencia. 2001
García Canal María Inés. “Pensar de Otro Modo”. “Los Intelectuales y los Dilemas Políticos en el Siglo XX”. Compilado por Laura Baca Olamendi e Isidro Cisneros. Ed. Flaxo Triana. México. 1997
Le Bretón. “Antropología del Cuerpo y Modernidad”. Ed. Nueva Visión. 1990
Matoso Elina. “El Cuerpo, Territorio Escénico”. Ed. Paidos. Argentina 1992
“El Cuerpo, Territorio de la Imagen”. Ed. Letra Viva e Instituto de la Máscara. Argentina. 2001
Stokoe Patricia. “Expresión Corporal”, documento de la Escuela de EC de Patricia Stokoe.
“Expresión Corporal, Arte, Salud y Educación. Ed. Hvmanitas e Instituto de Ciencias Sociales Aplicadas. Argentina, 1990.

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